
Las almendras molidas me caen mal....
Lo sé, es un sentimiento irracional... probablemente absurdo.
Pero es que me caen mal!!!

Lo sé... pero si es que no es mi culpa... yo a veces intento reconciliarme con ellas...
Pero cuando pienso en todas las veces en las que he intentado hacer macarons (y fracasado)....
Tengo que buscar un culpable!!!!
Arghhhhhhhh malditas almendras molidas!!!!

Total, que cuando vi que Whole Kitchen, en su propuesta del mes de marzo nos invita a preparar un clásico de la cocina francesa, financier... ¡¡¡por poco me muero!!! ¿¿Otro postre basado en las dichosas almendras molidas?? No será posible!!!!! jajaja.
Por eso primero, antes de pasar al diabólico postre almendril (que por cierto, está delicioso), os presento a mi rosa: mi primera rosa decente hecha de sugarpaste (Regalice, vamos) siguiendo mi propio tutorial. Creo que el éxito se debe a que la hice en un tamaño más grande.

Como me salió tan cuca, decidí hacer una tarta bonita para ponerla debajo (sí, esto de empezar la tarta por la rosa es igual que empezar la casa por el tejado!!! jaja). Para la tarta, me fijé en el libro de Peggy Porschen que me compré la semana pasada (sí, sólo vale 6 libras y es mega maravilloso). Es un libro que me quita el sueño de lo bonito que es. Ains.
Básicamente, es una tarta recubierta por fondant decorada con líneas de Royal Icing (vamos, de glasa como la de las galletas).


El resultado es vistoso, aunque híper frágil!!!
Al cortar una porción me quedé con la mitad de las líneas de glasa en las manos...

Y ahora sí, los financiers.

La receta que seguí es la que nos propusieron las chicas de Whole Kitchen, tal cual. Le eché unos chips de chocolate por encima.

- 55 g de azúcar glas
- 40 g de harina
- 40 g de almendras en polvo
- 60 g de mantequilla
- 4 claras de huevo
Precalentamos el horno a 180º.
En un bol, mezclamos harina, azúcar y almendras.
Fundimos la mantequilla y la dejamos enfriar.
Batimos las claras sin llegar a montarlas. Cuando estén fluidas, añadimos con cuidado la mezcla de harina, azúcar y almendras, con movimientos envolventes. A continuación, añadimos la mantequilla.
Engrasamos los moldes (yo usé de silicona, así que no hizo falta) y vertemos la mezcla en ellos.
Horneamos en torno a 20 minutos, hasta que la cara superior esté doradita y los bordes marroncitos.

He de decir que este postre ha reducido (un poco) mi antipatía por las almendras molidas. ¡¡¡¡¡¡¡¡Está bueníiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo!!!!!!!
A lo mejor hasta me animo a volver a intentar hacer macarons!!!!

No os aburro más, tan sólo agradeceros todos los votos del concurso Gastroblogs! No quedé entre los 15 primeros pero estoy la ventitantos, que no está nada mal viendo lo larga que es la lista!!!!!! y es todo gracias a vuestros votos!!!!!!!! Es geniaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal!!!!!!!!!
Besos, besos y más besos,
Alma