Carrot Cake Muffins (Muffins de tarta de zanahoria)

Existen en esta vida pequeños placeres tan maravillosos que se escapan a la posibilidad de ser descritos con palabras.

Muchas veces forman parte de la vida cotidiana y, si no nos paramos a pensarlos, puede que hasta nos pasen totalmente desapercibidos. 

Son esos momentos en los que te das cuenta de que eres plenamente feliz, aunque sea por un instante.

Y es curioso, porque a diario nos venden la idea de que para que algo te haga feliz tiene que ser algo caro. 

O de marca. 

O "exclusivo".

Menuda chorrada.

Rebañar el bol de la masa de croquetas cuando nadie mira.

Darte una ducha fría cuando el calor nocturno madrileño parece que va a acabar contigo.

Quedarte medio dormid@ en el sofá mientras ves una película y despertarte atontad@ con la música de los créditos.

Meter los pies en el agua fría del mar tras correr kms y kms por la playa.

Abrir gmail para encontrarte que tienes un email de esa amiga de la que hacía meses que no sabías nada.

Comerte el primer tomate de tu planta tomatera.

Encontrar en la tienda unas chuches "de esas que comías cuando eras pequeñ@". Comprártelas y zampártelas. (Ayer encontré una hamburguesa de esas que son de gominolas. Qué felicidad volver a probar ese sabor... comerla capa a capa como cuando era pequeña!!)

Hacer un comentario simpático y sacarle una sonrisa a la cajera del supermercado pese al cansancio que tiene acumulado.

Sentarte a leer un rato y perderte en la trama de la novela.

Cocinar para alguien y que te diga lo mucho que le ha gustado.

Hacer manzanas asadas y que toda la cocina huela a esa maravillosa mezcla de manzanas con canela.

Pasarle una receta a tu vecina y que la haga en el cumple de su hij@. Y que sea un éxito.

Ir a comprar el pan y comerte el currusco camino a casa.

Abrir twitter y ver que esa persona a la que admiras te ha contestado un tweet. (Momentazo!)

Correr esa carrera a tope, sin parar, y mejorar tu mejor marca personal cuando menos te lo esperas.

Y así sigue la lista. 

Miles y miles de momentos, de instantes, que nos proporcionan felicidad sin que muchas veces seamos conscientes de ello.

¿Y por qué os cuento esto?

Porque estos Muffins de Tarta de Zanahoria son uno de esos momentos. 

Y no me refiero solamente al momento de hincarles el diente... 

Sino también al aroma que emana del horno. 

Y al momento de rebañar el bol (sí, podéis rebañarlo sin miedo, no lleva huevo). 

Y a la cara de felicidad de todos aquellos que los prueben.

Estos muffins proporcionan felicidad de manera inmediata.

La receta para los muffins está basada en el carrot cake de The Joy Of Vegan Baking (libro recomendado al 100% para tod@s aquellos que no podéis/queréis tomar productos de origen animal) con alguna pequeña modificación.  Os pongo la opción no vegana también.

La receta de la crema es la mía, la que yo siempre uso (os pongo opción vegana y normal).

MUFFINS DE TARTA DE ZANAHORIA
Adaptación del Carrot Cake (p. 78) de The Joy of Vegan Baking

• 3 cucharadas de semillas de lino molidas mezcladas muy bien con 120ml de agua (opción vegana) o, en su lugar, 2 huevos L (opción normal)
• 160ml de aceite suave (yo usé de oliva suave)
• 180g de zanahorias, peladas y ralladas
• 100g de nueces picadas
• 100g de pasas
• 165g de harina
• 200g de azúcar moreno
• 1'5 cucharaditas de levadura química tipo royal
• 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
• 1 cucharadita de canela
• 1 cucharadita de clavo molido
• 1/2 cucharadita de nuez moscada
• 1/2 cucharadita de sal

Precalentamos el horno a 180º. Preparamos la bandeja para cupcakes con papelitos para muffins.

En un bol batimos bien las semillas de lino con el agua (o, en su lugar, los huevos) con el aceite suave y el azúcar. Añadimos las nueces, las pasas y la zanahoria rallada.

En otro bol, tamizamos juntos la harina, la levadura, el bicarbonato, la sal y las especias.

Incorporamos poco a poco la mezcla de la zanahoria a la mezcla de ingredientes secos, mezclando bien con una espátula hasta obtener una masa homogénea.

Repartimos la masa en las cápsulas y horneamos unos 25 minutos o hasta que al introducir un palillo salga limpio.

Para la crema batimos 125g de mantequilla a temperatura ambiente con 300g de icing sugar (o azúcar glacé en su lugar) a máxima velocidad durante mínimo 5 minutos. Cuando la mezcla se aclare y esté esponjosa, incorporamos 125g de queso de untar (tipo Philadelphia) y batimos otros 2 o 3 minutos más hasta que la mezcla sea homogénea y esponjosa.

En caso de querer hacer la crema vegana, seguimos la misma receta usando mantequilla de soja (Bio Soja se llama la que yo uso) y queso de untar de soja (yo compro Sheese).

Una vez fríos los muffins, los decoramos con la manga y una nuez.

Sinceramente creo que hay pocas cosas mejores que hincarle un diente a uno de estos muffins.

Podrán ser cosas más caras, o de marca, o muy exclusivas. Pero no serán mejores.

Os quiero :)

Besos a porrón!!!

Alma